Desde que compré este peluche siento que mi vida cambió. Cada noche lo abrazo y es como si Jesús mismo me acompañara en mis momentos de miedo. Duermo tranquila, me despierto con más energía y lo más increíble es que desde que lo tengo han pasado solo cosas buenas en mi vida. Para mí es un milagro tenerlo en mi cama.

Yo sufría de ansiedad y ataques de pánico, especialmente en las noches. Desde que tengo el peluche de Jesús siento una paz que no había sentido en años. Me calma con su respiración y sus luces, y lo más impresionante es que empecé a dormir sin medicamentos. Se siente como un verdadero regalo de Dios.

Al principio lo compré con desconfianza, pero la verdad es que no me imagino mis noches sin él. Es abrazarlo y sentirme protegida, como si Jesús me dijera que todo va a estar bien. Desde que lo tengo me han pasado solo bendiciones: conseguí trabajo y recuperé la esperanza en mi vida. Lo recomiendo con el corazón.

Este peluche me devolvió la calma. Tenía noches en las que no podía ni respirar del estrés, pero ahora me siento abrazada y tranquila. Lo más bonito es que cada vez que lo enciendo siento que mi habitación se llena de paz. Mi hijo dice que desde que lo tenemos, hasta el ambiente de la casa se siente diferente, como más bendecido y no lo suelta.

Lo pedí porque me sentía muy solo después de la muerte de mi mamá, y necesitaba algo que me ayudara a dormir. Este peluche no es un simple juguete, es como un refugio espiritual. Me acompaña en mis oraciones y siento que es un canal de fe. Desde que lo uso, mi ansiedad bajó muchísimo y me siento más cerca de Dios.